Volvamos al 1-O. Día en que los separatistas dan el golpe de Estado con su referendun nada legal para conseguir su ansiada independencia de España.
Un mes más tarde del 1-O uno de los o de los aliados de Carles se reúne en Moscú y estrechan relaciones sobre todo financieras con Putin.
Puigdemont y sus secauces, se convierten en el medio y en el fin de Rusia para intentar desestabilizar la econonía, por lo menos, de la UE.
Poco a poco van saliendo a la luz más detalles de esta trama y el Partido Popular pide al Parlamento Europeo una investigación tras haber enviado documentación en la que se intuye la vinculación entre Rusia y separatistas.
En esta documentación se conocen datos como que tras haber celebrado el referendun ilegal el pasado 1 de octubre de 2017 y tras haber declarado la República Catalana como institución, distintas personas rusas vinculadas directa o indirectamente al gobierno de Rusia, mantienen reuniones con Puigdemont y más miembros de su partido.
La inteligencia española cree que el plan urdido con Moscú propició la salida de diversas empresas de España de Cataluña.
Por esto y mucho más, decimos que Puigdemont no vendió su alma al diablo sino a Rusia.
21 feb 2024